domingo, 29 de noviembre de 2009

Dos ventajas...

Nos enamoramos.

Así de cierto, y así de bonito. No todo el mundo lo ha sentido, y muchos no lo sentirán en toda su vida.

Pero los que lo hemos sentido alguna vez, hemos viajado tan alto que hemos rozado el cielo. Nuestros dedos lo han acariciado, nuestro espíritu lo ha sentido.... cerca, muy cerca.

También es verdad que cuando se cae de tan alto, las roturas que se producen en nuestro interior son enormes, desgarradoras, profundas...Tardan mucho tiempo en recomponerse...

Cualquiera tendría miedo a ese dolor, y huiría de él.

Pero los que hemos estado enamorados, tenemos dos ventajas: Sabemos que el cielo existe, porque lo hemos rozado. Y además, aún más importante, sabemos que podemos alcanzarlo...

Y por eso, jamás, tendremos miedo a volvernos a enamorar...

sábado, 21 de noviembre de 2009

Desconocido.

Llegas en un momento de calma, cuando todo está en suspenso. Hay personas que buscan el sentido a todo lo que les ocurre, como, si la casualidad o el punto de conexión, estuviera pactado por un ser superior que moviera los hilos a su antojo.
Esa es una manera conformista de mirar al mundo, sabiendo que por mucho que hagas, no podrás controlar nada. Como si de un castillo de naipes se tratara, un leve soplo... y... el vacío.
Y ¿quién tiene la certeza de algo?, miles de hipótesis, explicaciones milenarias, ¿alguna ha demostrado tener la verdadera razón?.
El ser humano, siempre ha buscado lo mismo, por mucho que se lo niegue o ignore, pordrá mirar a otro lado, relajarse, o pensar que es perder el tiempo en divagaciones, pero, tarde o temprano, tendrá que enfrentarse a ese momento, y sentirá miedo, a menos que el autoengaño logre cambiar esa visión. Y digo autoengaño, porque, por mucho que creamos tener la respuesta, o veamos la contundencia con la que se nos expone, siempre, habrá un momento de duda, de incertidumbre, y lo peor... visionar "la nada", porque, tras esa puerta que todos queremos abrir en un determinado momento, y que quizá, no exista, ¿qué hay?.
No puedo mirar dentro de mi misma algo, ignorando todo lo que me rodea. Mi ser se proyecta hacia fuera, comunica, transmite, percibe, siente. Sería muy difícil despojarme de todo eso, ignorarlo, y emerger como algo individual y solitario.
Creo, que sería incapaz de mirar dentro de mí, por ahora, son muchos los hilos que me atan imposibles de romper, y toda ruptura...¿no es dolorosa?.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Vamos, hay que seguir...

Sentimos el roce, la caricia en el alma, cuando menos se busca.

Cortas noches de largas confesiones, y manos tendidas para compartir soledades, venciendo miedos y vencidos por alegrías. Nos regalan esas manos que se posan en nuestros hombros, y nos acompañan cuando miramos a través de los rotos del espíritu que nos dejó el largo camino hasta el hoy…

Adoramos la gente, pero queremos personas. Un desconocido puede ser el mejor confesor, y convertirse en el más maravilloso acompañante para el viaje. Un guía inconsciente para el reconocimiento de uno mismo, incansable y entregado.

Miras atrás, sentado en el capó del coche, viendo la carretera tantas y tantas veces recorrida, y que ya no volverás a enfrentar para llegar a un destino donde dejaste todo.

Y ahí permaneces, sentado, encogido, entre pensamientos caóticos, hasta que llega el regalo que tanto esperas, y con su voz suave, te susurra: Vamos, hay que seguir…

martes, 10 de noviembre de 2009

Tanto miedo...

a la cercania...

Todos vamos con una armadura por la vida, como si así nos salvaramos de un holocausto sentimental. No aceptamos bien la mirada en los ojos de un extraño (y en ocasiones, las de los conocidos) ni un abrazo que recibamos por que sí.

Bien es cierto que mucha gente usa nuestros pensamientos y sensaciones para dañarnos, y cuando confíamos, posiblemente alguna parte de nosotros esté ya empezando a temer por la intimidad entregada, porque así lo enseña el devenir del tiempo.

Sin embargo, buscamos de forma constante a la persona en quien confiar. La mayoria de las veces, de forma inconsciente, porque si lo hicieramos desde la conciencia de lo que hacemos, huiríamos. Y cuando la encontramos, recelamos, como si eso no fuera posible que existiera....

Aceptar los abrazos que nos ofrencen, la mano tendida para que la cojamos... a lo mejor nos deshumaniza, porque lo humano es el miedo a hacerlo. Miedo a tenerlo y perderlo, miedo a que haya entrega pero ésta no dure...

Y no deberiamos olvidar que no hay nada que sea más efímero que un beso y que sin embargo recordamos con agrado la sensación durante mucho tiempo...

domingo, 8 de noviembre de 2009

Máscara sobre máscara...

Máscara sobre máscara. Como aquello del acertijo envuelto en un enigma envuelto en un misterio...

Personas que viven una vida que no es suya a través de las vidas de otros, sean o no sean sus vidas propias. Y tanto viven su "no vida", que es ya lo único que tienen. O mejor dicho, todo lo que no tienen.

Y esa "no vida", que es una máscara puesta sobre la primera máscara, la inicial que se colocan para disimular el bajo valor de su (para ellos mismos) patética vida original, está tan degenerada que ya solo es malicia, y dañan sin freno a quien alcanza, sin motivo, sin lógica, solamente por esa maldad intrínseca a los actos de quien no aprecia su vida y la cambió por la vida de los demás, aunque tengan que inventar igualmente esa vida ajena...

Alguien sufrirá, pero les da igual. Harán daño, pero de eso alimentan sus ínfulas. Intentarán aniquilar todo lo bello que nazca.... ¿Y que? Mientras la Violinista Maravillosa haya recibido en sus manos la esencia, y reconozca en el silencio de la noche, la llamada que contiene una pieza de Borodin...